Descubro mi dorso. Me pongo mis guantes negros y cojo con ambas manos mi vieja katana. Contemplo a los ojos a mi oponente. Me sonríe con ma...

— ¡Qué lindo! ¡Una sorpresa para mí! — expresó Tamara. Su voz se oía tan tierna, mi piel se ponía de gallina al imaginarla cerca. A pesar d...

Por qué es tan complicado ser un hombre de bien? Debo admitir que no me sale la cojudez. Estoy colapsando, apunto de vomitar mi cerebro por...

- Disculpa, ¿me puedo sentar?    Decisiones. Todo en la vida se basa en decisiones. La mujer que tengo en frente, puede decir que no, q...

Cierro los ojos. Intento aflorar tristeza pero las lágrimas no encuentran el camino. Hoy cumplo treinta años.  Desde los diez, no volví a r...

Me mira endemoniado. Sus ojos hierven mientras me apunta a la cabeza. Si no hago algo rápido terminaré con un maldito agujero en el cráneo....